Algo en los Polos obstruye señales de radio y frena naves espaciales.

Por Orlando Rojas Pérez – La Nasa informó qué en los Polos de la Tierra, existe una zona de unos 400 kilómetros de altura que al medio día causa interferencia de señales de radio y en los Sistemas de Geoposicionamiento, además frena a las naves espaciales. Se forma una brecha en forma de embudo en el campo magnético en los Polos de nuestro planeta que pasan por encima. Normalmente el campo magnético de la Tierra nos protege del viento solar que son corrientes de partículas cargadas que arroja el Sol. La brecha en esos campos, llamada cúspide polar, permite al viento solar una línea directa para penetrar a la atmósfera de la Tierra. La única explicación inicial encontrada hasta ahora es que en la cúspide el aire es mucho más denso que el aire en otras partes de las órbitas de las naves espaciales alrededor de la Tierra. Pero nadie sabe por qué ni cómo

Para estudiar esto la Nasa creó el proyecto CREX-2 para estudiar el fenómeno, pero requiere que en el momento del lanzamiento del cohete exista mucha actividad solar, al amanecer. Algo invisible soporta esa masa extra, y la misión CREX-2 tiene como objeto descubrir exactamente qué es. La misión está diseñada para medir los numerosos factores que potencialmente podrían explicar cómo el aire denso de la cúspide permanece suspendido. Luego, intentarán determinar cuál es la razón.

Desde Noruega, exactamente desde el Centro Espacial Andøya, lanzaron el cohete Oriole IV de cuatro etapas, que llegó hasta una altura de 631 kilómetros.

Al comprender las fuerzas en juego en la cúspide, los científicos esperan anticipar mejor los cambios en las trayectorias de las naves espaciales.

 

 

LA MISIÓN

Una posibilidad implica efectos eléctricos y magnéticos en la ionosfera, la capa de la atmósfera superior de la Tierra que está ionizada por el Sol, lo que significa que contiene partículas cargadas eléctricamente. La electrodinámica podría soportar el aire más denso indirectamente, o puede causar un calentamiento que genere vientos verticales para mantener el aire denso en el aire. La nave CREX-2 tiene una serie de instrumentos diseñados para medir estos efectos.

Otra explicación podría ser que el aire en toda la columna vertical de la cúspide es más denso que su entorno. Apilado sobre un aire más pesado, el aire denso a 250 millas de altura se mantendría flotando. Pero tener una columna de aire más pesado también debería producir vientos horizontales o incluso en forma de vórtice, que CREX-2 está diseñado para buscar.

El cohete expulsará 20 botes del tamaño de latas de refresco, cada uno con su propio motor cohete pequeño, en cuatro direcciones. Los botes están programados para romperse a diferentes altitudes. Cuando explotan, liberarán trazadores de vapor, partículas que a menudo se encuentran en exhibiciones de fuegos artificiales que brillan al dispersar la luz solar o al exponerse al oxígeno, en una cuadrícula tridimensional en el cielo. El viento pintará el cielo con estas nubes brillantes, revelando cómo se mueve el aire en esta sección inusual de la atmósfera.

Este aspecto de la misión requiere una logística muy complicada. Es un gran juego de ajedrez. El equipo necesita ver estos trazadores desde varios puntos de vista para obtener una comprensión completa de los patrones de viento. Los científicos, algunos de ellos estudiantes de posgrado, estarán estacionados por toda Escandinavia para fotografiar los trazadores en el transcurso de 20 a 30 minutos. Un estudiante los documentará desde un avión que vuela desde Reikiavik, Islandia, y otros capturarán fotografías, el objetivo es poder medir los vientos.
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